En apariencia somos extraños,extraños de casi todo lo que nos rodea.Probablemente porque nos abandonamos al olvido de nosotros mismos,porque decidimos que había llegado un temprano ocaso a medida que avanzábamos en la vida,tal y como nos acostumbrábamos a que a ciertas maneras y costumbres se le denominaran fracasos.La cuestión es que también se trata de algo irreal,fabricado a medida de todos los que han colocado las marquesinas de una sociedad que roza el absurdo,que cerca la inteligencia y que demoniza ciertos patrones que son de por sí naturales,para hombres y mujeres mono que juegan a teorizar acerca de nuestra proveniencia y que enlatan y sazonan al gusto emociones de cualquier tipo.Aquellas que una vez olfateadas,etiquetan y abandonan en aquél desván.Eso sí,de forma ortodoxa y seleccionando por años,para destapar convenientemente según surjan necesidades,sean de este siglo o del Pleistoceno.
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