Esta mañana se marchó llevándose los restos de pan que se habían quedado ayer en la sartén . El calor recogió aquellos pedazos quemados y oscuros como algunos de mis días y por fin vio que no quería saber nada más de él aunque le añore a ratos en los fríos días de invierno.
Preparó una fea bolsa de cuadros de plástico y se llevó los saludos que no ellos no me devolvieron porque no era de su especie, se llevó las tazas rotas y algún kilo de más que me molestaba y había agrandado algunos lunares en los que los días malos pintaba caritas sonrientes. Me dejó mi tetera y una tarde para no hacer nada. No pensó en despedidas y se llevó en una pelota de goma mis pensamientos entremezclados del domingo en que se quemó el pan. Aún le huelo en el aire pero se va diluyendo poco a poco. Le he dicho hasta la vista y me ha hecho un último regalo ,un relato de un día 9 de otro año, del año que empezó a pegarse la comida y las paredes se despintaron. Del año en el que dejé de ser una chica de su edad para de repente convertirse en un barco;que un día se quedó hecho tablones que también se han marchado al soltar el tapón de la bañera.
Han pasado seis años y al final no he naufragado. El amor lo cura todo, es cierto; en todas sus dimensiones. Estoy calada hasta los huesos, hoy me han mojado el corazón.
Que disfrute todo lo que pueda y que nunca se seque ese corazón mojado
ResponderEliminarEsperemos que sí, yo le pongo empeño a casi todo, un besazo
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