No es casual que a cada paso ella
encuentre ese hilo del color de “suputamadre”.
Es ese ,el jodido y punzante lazo
que serpentea vinculándote a algo o a alguien.Traza un camino,de grava amarilla,enfundado en la lava.
No es casual, ni algo aleatorio.Es algo que escapa a tu control,intentando desterrar componentse yuxtapuestos
de tráfico mundano y de polución.
A mí me viene en estos casos,quizás para compensar, un inmenso campo de trigo y amapolas.
Elijo adentrarme entre las espigas,sorteando amapolas.
Allí nadie me ve ni me oye,tampoco me entiende.
A mí me viene en estos casos,quizás para compensar, un inmenso campo de trigo y amapolas.
Elijo adentrarme entre las espigas,sorteando amapolas.
Allí nadie me ve ni me oye,tampoco me entiende.
Escupo el veneno opiáceo de las despedidas y el propio desencanto de los desengaños, al que sucumbimos envueltos en expectativas.
Ya no duelen, me envuelvo exenta de poder gritar, amar, patalear y pedalear en mi bicicleta alada con rumbo hacia ninguna parte, donde me voy encontrando todo lo que siempre he visto y me han querido quitar
Ya no duelen, me envuelvo exenta de poder gritar, amar, patalear y pedalear en mi bicicleta alada con rumbo hacia ninguna parte, donde me voy encontrando todo lo que siempre he visto y me han querido quitar
El mundo real no es real, este sí que es
real. La brisa a lo lejos me envuelve en aroma de sal y café, de siesta soleada colgada de aquellos árboles
que me vieron crecer, buscando con el dedo índice tu cabeza de pelo revuelto entre
el dorado del campo.
Todavía no estoy convencida, me
froto los ojos por miedo a desaparecer, por miedo inculcado de siglos de
haberlo soñado, de ser un recortable perdido
en otro lugar y otro tiempo. Ese tiempo que no es el tuyo, pero…acaso, ¿qué
puede importar? Si en ciertos aspectos el tiempo, la distancia… ¿no es lo
verdaderamente irreal?
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