LUCES EN EL PUENTE
A veces sonrío y ella también, solo que yo no tengo tanta experiencia. Me mira desde el
espejo de algún extraño lugar. Todo el mundo quiere a Miss Lunatic, todos llevan a Sara
Allen en su interior, o acaso ¿te has parado a pensar que todos queremos nuestro trozo
del pastel? Un pastel de fresa, distinto por degustar. Lo cierto es que nunca, nunca, nos
dan la receta. La receta es algo por descubrir. Hoy, mientras miro mis pecas, veo también
las de Sara. La niña Allen, que sueña con la gran ciudad y sus luces cayendo al atardecer.
Imagina adentrarse en sus calles sola y en libertad. Libertad, qué hermosa palabra. Unas
veces asonante y otras tan consonante. Una estatua arrogante, a veces un simple baile en
el salón. La expresión de un cineasta escondido o de artista de musical. Libertad con sus
puntas y aristas, en todo y nada por alcanzar. Hay días que también pienso en Manhattan
recordando los paseos por Central Park. La noche cae sobre Brooklyn y el lobo viaja en
limusina. Sara y yo guardamos la moneda que nos lleve a ese lugar porque a veces los
sueños sí se hacen realidad.
Los sueños, si no se hacen, hay que hacerlos realidad. (A mi me acabas de cumplir uno volviendo al blog.)
ResponderEliminarGracias por tus palabras don Bubo,ya estoy de vuelta y con ganas de seguir dando guerra.Abrazos
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