martes, 23 de agosto de 2016

MUTANDO LAS HOJAS DESNUDAS

No siempre podemos elegir...¿o tal vez sí? No sé si fue cuestión de actitud o quizás de suerte.
Ella eligió que determinadas opciones o convencionalismos,frenarían su día a día.Un zapato incómodo o que dificulta tu caminar sólo es apto para aquellos que dicen esa lapidaria frase de "para presumir hay que sufrir".
Y así lo decidió él,quizás para aprender y mejorar mientras los demás decaían viendo la desolación o los inviernos fríos de Nueva York.Si hubiera podido elegir ,se habría quedado en Central Park,pero decidió permanecer allí.Orgulloso y aceptando su situación en cada una de las estaciones,sin anhelar que pasaran las más duras a toda prisa.Esperando que el tiempo de ramas sin hojas no le consumiera, mientras sacaba con orgullo la cabeza para poder mirar de otra forma a los demás,aunque es posible que muchos no lo vean porque en realidad no existe,como la chica que nunca se pone tacones,salvo si tienen alas con las que sortear lo que le impida avanzar.

sábado, 20 de agosto de 2016

EL HOMBRE DE BARRO


En los trece laberintos del alma halló el resquicio de un eco que se había hecho pedazos.Había ido descendiendo los peldaños hacia un particular infierno en el que a veces sin saberlo le gustaba estar,aquello que denominan zona de confort.
A menudo ese lado se disfrazaba con muchos de los objetos inanimados que amamos porque nos recuerdan a alguien o algún instante de esos que queremos guardar y postergar lo máximo posible,pero sobre todo,guardar para recrear aquello que tanto nos deleitó,pero créeme pedazo de imbécil,nunca nada vuelve a ser como antes.La transformación llega una vez rasgado el sobre,abierto el regalo o escuchada por primera vez tu canción.Tampoco es malo,no es nada,simplemente es distinto.
Al igual que son diferentes  los escalones que pisas en esa búsqueda.
Y así andaba ella,en aquél laberinto buscando todas las diminutas esquirlas que quedaban de distintas épocas de su vida,aquellas que la llevarían a confeccionar a su hombre perfecto,porque se había dado cuenta de que si juntaba aquellos trocitos de distinto color y material,una vez unidas todas las piezas,el día que estuviera frente a él, sabría reconocerle.A él,a su particular hombre de barro.Sabía de un golpe certero que si no indagaba,de no ser así aunque lo tuviera enfrente,nunca le reconocería.Así,Marga pasó por los quince,los diecisiete,los veintiuno,los veintitrés y los treinta y cinco.Fue cogiendo,ensamblando y mezclando todo lo recopilado.
Empezó por el nombre de uno,el mes de nacimiento de otro,la estatura y la procedencia del tercero,la afición del cuarto y detalles banales del quinto.De esta forma,cayó en la cuenta de cómo se llamaría,de su posible aspecto.Al igual que lo hizo de su profesión y de su ascendente lunar; y así nació él,su particular hombre de barro.
Pasaron unos años,impares...otros hombres de paso,idas y venidas...y libros de todo tipo.Hasta que de repente,un  día impar de un año cualquiera y par, siendo éste capicua...apareció.Ella ya había perdido la cuenta de otoños bajo su espalda y casi estaba a punto de agotar sus esperanzas.
Ahora lo único que le preocupaba era  que no se le rompiera al doblar las esquinas y que aguantara las costuras y fisuras que ella había ido atesorando.
Todas las noches lo envolvía con sumo cuidado y lo volvía a guardar en su caja,por si acaso.De esta forma cada noche ,el sujeto regresaba a su particular tumba y lo hacía no de cualquier forma.Cuidadosamente envuelto en seda y perfumado,regresaba al infierno del abismo.Cada vez ella se detenía un poco más,acariciaba su rostro y le cogía de las manos con extrema dulzura.Pero al final,acababa en aquella espiral de días,guardado como cada noche en aquella obra de ingeniería plegable ,que ella subía hasta el altillo de su dormitorio en la nebulosa casi ritual de olor a lilas e   incienso;pues indiscutiblemente,ella prefería seguir durmiendo sola, dejando caer el libro de turno a los pies de la cama y nunca bajo ningún concepto,compartir sueños.
Desgraciadamente,todavía no hay cura para el exceso de confort ,así que allí sigue él,el hombre perfecto.Aguanta las horas esperando que llegue el día,sumido en su noche,con la esperanza de volver a aparecer con todas sus virtudes, sin ápice de defecto,para poderse quedar al menos un día fuera de su caja.Un día con su noche de cualquier día par,impar o de año bisiesto.

viernes, 12 de agosto de 2016

UNA MALETA,DOS MALETAS...TRES MALETAS

Si tuvieras que salir corriendo por cualquier motivo,sin apenas mirar atrás,¿qué llevarías en tu maleta?
Sí,ya sé que la maleta es importante.Su capacidad,sus compartimentos...incluso si me apuras ,el color.
Todos tenemos alguna maleta en nuestra memoria y lo que para ti significa algo,ese fragmento de tu propia historia,para mí es una pieza clave para entretejer algo o al menos confeccionar una parte de algo.Pues bien,si tuvieras que decidir qué meter hasta cerrar la cremallera ,sentarte sobre la cama y aplastar tu mundo para un viaje con tu culo,¿qué echarías de menos?
Yo hace mucho que viajo ligera de equipaje por mil y una razones,pero sobre todo,porque mi maleta manda siempre.Ella es muy manipuladora y yo la temo más que un dolor.A veces creo que la adoro y otras veces...otras,la perdería en cualquier terminal,aun a sabiendas de que cuando mi serenidad volviera a aparecer ante mí,ella me estaría esperando al final del pasillo burlona y desafiante. 
Te voy a contar algo que probablemente no te interese y a la vez puede que te sirva para que de algún modo pienses en la tuya.En tu maleta,en tu vida,tu viaje...
Marla,mi maleta,es de color azul turquesa.Es como el agua de una preciosa ciudad que visité hace mucho tiempo.Es atractiva,pero pura imitación, pues en casa no hay nada animal que no esté vivo(bueno,la comida no cuenta...)
Estarás pensando que posiblemente sea de las que pone una tarjetita con su nombre colgando de una cremallera... y no te equivocas,pero nunca uso el mío propio.Si se pierde es porque probablemente no quiere que la encuentren;y ahí no puedo ser más respetuosa.
Marla es viajera,inquieta y muy despistada y si algo no quiere que entre,da por hecho que hará que la ropa aumente de volumen y que los compartimentos se vayan estrechando hasta que sea un imposible meter una simple tarjeta.Eso sí,dale libros y se expandirá hasta límites insospechados.
Ella me dice cuando la miro con la boca abierta que el cuero es así,que cede...¡Será perra la muy sintética!
El caso es que si voy de viaje ,es mucho mejor dejar espacio para las historias; y si sólo se trata de cambiar de residencia por azar o libre elección,ya no me preocupo,también ella se encarga.
Así que, mientras voy decidiendo que sí y que no se viene y esparzo sobre mi cama todo un universo de pequeñas cosas y detalles,ella va lanzando al aire lo que no quiere y haciendo hueco en su barriga para todo lo que quiere albergar.Yo por mi parte,a estas alturas claudico y le hago caso en todo lo que puedo,no sea que me esconda las llaves del piso o algo peor.Aunque la verdad es que tampoco la quiero desilusionar ,pero en mayor medida porque después de tantos años juntas,he visto que tiene más razón que un santo y sabe lo que me va a servir y lo que más que nada se convertirá en un engorro más.
Y tú,¿ya has preparado la tuya?


miércoles, 3 de agosto de 2016

JINETE Y SANTA CANELA

Hace días que no rompo zapatos,
que no estrecho lazos
hace días que viajo sin nubes ni escalas,
que no salto  muros ni cumbres

Solo sorbos de café sin historias,
dorado de pimienta rosa,escueto...
espolvoreando  nubes y sombras,
de espuma rodeando mundos

Mientras puestos de flores raras
sin postales ni calles sombrías,
de alma de lluvia escondida
que si miro me encuentran despacio,
saboreando carreras esquivas

Suelas sin alma en vapor,
castigadas,sedientas...ahogadas sin fe
bebiendo otro sorbo mezclado
castizo ,andaluz,,,tricolor
con topping de arena y de miel

De aire,de viento;sin hambre ni sed
de  agua y de  libros de té
descubriendo las esquinas mordidas de un libro
izando velas de barcos de papel

Volando cometas en cielos malvas,
doblando los vértices de cualquier cuaderno
 rompiendo espejos del laberinto en un grito
donde los viernes de luna nos volvemos a encontrar.