miércoles, 7 de junio de 2017

LA ISLA DE NINGUNA


Andamos como siempre,sin caminar.No miramos nada ahora que hemos perdido el sentido de la historia,el hilo conductor o el hilo rojo que entretejía las vidas que creía cercanas y que cada vez se van alejando más.Hoy he vuelto a pensar en ella,cuándo no lo hago, me respondo.Pero lo cierto es que ahora he entendido el porqué de una cierta aversión a las horas de  siesta.Allí,en esas horas que no son de nadie salvo de zigarras y un lejano crujir de hojas secas,aparece de nuevo el duelo,que por desgracia no es el título de ese gran disco.Solo me acompaña la respiración acompasada de mi perra y es en ese silencio cuando más recuerdo pequeños detalles que en el día a día no soy capaz de ver.Aparecen también no en vano los entresijos de la compleja relación materno_filial que curtieron a partes iguales los años y las circunstancias.De nuevo,sonidos y olores de una época que creo que no se marchitó,que de algún modo sigue ahí latente como casi todo en mi isla particular.
Hoy lo he vuelto a hacer,Lol y yo hemos vuelto a fabricar otra burbuja temporal donde acontecen aquellos veranos en Santa Eugenia,donde caminamos hacia un pergamino de tiempo ilimitado y que ncuyo verano no se verá inoxerablemente terminado al tirarme de cabaeza por primera vez a la piscina,aun a riesgo de no saber nadar.Ahora de hecho pese a hacerme buenos largos y zambullirme una y otra vez,veo que tampoco se nadar.Navego y surfeo estados emocionales como nadie,a veces en el hecho de hundirme quizás por costumbre encuentro una cierta satisfacción,que no sabría catalogar muy bien si como masoquismo u oportunidad.Mientras escribimos estas líneas,Lol y yo,que pese a la torpeza no censuraré,pienso en este año y medio en el que las decisiones tomadas y las causalidades me han traído al lugar en el que estoy_y no me refiero al sitio de mi recreo_sino a esta pseudoisla o a este universo divergente creado por y para mí,para no perecer en la amalgama de emociones que capta mi cerebro a la velocidad del rayo y con las que me cuesta a veces no naufragar,ahora que todo está crispado,ahora que todo es para y por un interés.Ahora puedo ser algo más consciente de una vez por todas de todo lo que se esconde tras la leve sonrisa,todo lo que aún no soy capaz de soltar,motivo seguro de porqué me cuesta a veces tanto escribir.En cada historia aparezco aunque no quiera entre los tablones de un naufragio o escarpando terrenos áridos y rocosos con la suela de mis zapatillas muy desgastadas.Otras veces,mi esqueleto pegado a la silla a veces necesita saltar como un resorte y se hace vital hacer algo que implique no pensar,porque algunos pensamientos asépticos y de un solo uso,pueden devolverme en un instante a mi denso Chernobill,es volver de nuevo a sumergirme en un universo distópico donde los papeles y roles se han intercambiado de forma drástica.Yo que estoy aquí junto al mar,estrenando una soltería que no esperaba,poniendo nombre nuevo a la relación más firme que creía.Yo que no soy controladora salvo con el pensamiento y ahora resulta que he perdido los zapatos,ocurre que en mi camino todos los puntos cardinales,junto con mi cara y mi cuerpo,están formando una nueva figura que acepto y  me asusta a partes iguales.A medida que voy entendiendo ciertas cosas,a medida que uno puntos y sombreo;y los grises se entremezclan con los rosas y las caras de los amigos que creía que estarían se diluyen en soluto, sin que yo pueda hacer nada,veo que nada es demasiado importante.Es posible que ahora que todo ha cambiado y que ahora que termina un ciclo y cuando la fuerza física ha mermado,nosotras las que escribimos,nos vemos envueltas en otra forma de vida,donde existe algo de otra dimensión que va guiando unos pasos que de algún modo me eximen de percibir los hechos como algo errático,porque los nueve años de deshielo han terminado,porque nada es lo que parece y desde aquí puedo cambiar hasta la infancia que no fue.Unos zapatos rojos que no me indican el camino a OZ y una brújula que centellea.El camino a casa,el camino a mi hogar,a mí que no pude ser,a mí que siempre me tocó estar.Ahora que mi familia es solo animal,ahora que sé que sin el desastre,sin el plomo y sin las astillas pegadas en cada lunar...no sería yo.Probablemente sería un calamar o un baboso caracol,cualquier ser vivo que pudiera causar una cierta repugnancia o un cierto malestar,porque caer bien a todos provocaría mi rutina final y eso de momento ,amigos,lo he decidido postergar,más que nada por aprovechar el primer verano alejada de Madagascar.

martes, 6 de junio de 2017

RENACENTISMO DE OTRA ERA


Allí estábamos derramando gotas por el parquet,
mientras viajábamos en globos aerostáticos
Soltábamos sacos de arena que embarraban
el agua derramada de las lágrimas de sal;
y no girábamos la cabeza al saber que nos miraban,
los que conspiraban y desatendían libertad y dispersión