martes, 1 de marzo de 2016

POLVOS MÁGICOS(BIC NARANJA,BIC CRISTAL


Fue un día cualquiera, incompleto como tantos otros, pero ya sabemos que estas cosas suceden así.
Un día te encuentras en el sofá de casa y te peguntas si ya está. Si esto es todo. Si son más restas que sumas y si las ilusiones por norma buscan los remolinos de cordura y acaba marchitándose antes de que termines la última palabra, o peor aún, se escapan por la puerta trasera como un huracán justo cuando la cafetera está punto de estallar de júbilo y ha incendiado tu cocina con aromas de otra edad.
Pero  a veces pasa, sucede,ocurre,acontece...no me peguntes más. El caso es que desaparecí en aquél sofá de color rosáceo aterciopelado para volverme polvo de azúcar a doble color. Y entonces lo vi claro, la seguridad social no me habría operado jamás. Fui yo quien consiguió la increíble transformación; y es que yo no era lo que quería ser, no entendía el mundo ni nada y sentenciaba que a veces cuando lloraba, las lágrima brotaban en color y  cuando hacía pucheros y me las tragaba, sabían dulces. Se deshacían en mi boca al instante y  picaban un poco,  eso me encantaba.
A nadie se lo podía explicar ,el hecho de que  a veces lloraba por todo y aposta.
Me ponía las películas más tristes, troceaba cientos de cebollas y si no era suficiente,me pegaba pequeños pellizquitos en los brazos hasta que aquél líquido de color rosa y verde comenzaba  a caer por mis mejillas tras salir al abrirse las compuertas de mis enormes ojos de boba, de lista, de niña miope o de personaje de cuento extraño.. según el día me regalara.
Pero cuando  pasaba el efecto, empezaba el problema.Quería más, mucho más. Como cualquier yonki nada m bastaba y quería que mi sensación de hada etérea durara cada vez más.No sabía a quién recurrir, hasta que haciendo zapping desde el sofá algo en mi se incendió.
¡Un cura! es lo que necesito; y si es guapo mejor ,que siempre da más confianza. Así que dispuse mis pasos sedientos encaminados hacia aquella iglesia de pueblo de mar en busca de mi absolución y mi credo y  allí caí en el hechizo como una Alicia más.
Aquél cura, vestido de rosa y verde como era de esperar ,  sonrisa canina y manos grandes que me señalaban,me miró y pronunció el enigma ese de "Polvo eres..."
Y ahora aquí me veo, la tarde del día después  sin píldora para abortar mis ideas, convertida en polvo de azúcar, pero gourmet. Ahora sólo queda buscar la manera de recorrerte por completo, de lado a lado y en todos los planos posibles, pero claro ,a la indecisa siempre le cuesta elegir el color.

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