sábado, 1 de octubre de 2016

JAULA DE GRILLOS



Horas,minutos,segundos...y todo se detiene.Horas,minutos ,segundos y ya no queda nadie.
Solo él y yo como avionetas planeando en derredor,dentro de la misma habitación.
Horas que parecen minutos,minutos convertidos por cualquier displicente en fugaces segundos,cuestión de tiempo.Estirarlo a tu antojo,encogerlo cuando las horas se perfilan oscuras.
A veces me llega la certeza de que el tiempo nunca es el que creo y si bajo hasta la playa y escucho detenidamente al viento,me dice lacónicamente,que no me pertenece.
No me pertenece,como algunas frases o como los objetos que llegan a mi vida y que a veces amamos como si fueran tristemente personas...
"Nadie es de nadie y los principios están llenos de finales si no sabes qué vendrá",perdura en mi memoria y la hago mía.La guardo en la caja de postales y sueños.
La tarde va cayendo,escondiéndose en el mar y otro aire va pausando las horas más inquietas de la ciudad.
Se encienden las luces,como cada día,como cada noche.;y las que no son de neón iluminan el escenario.Le dan más voz a esas mujeres que llamamos flores raras,aquellas que no pretendían nada y se convirtieron en todo lo que añoraban.Añorar..me recuerda al sabor picante,pero con toque dulzón.Más luces...
Hoy veo las que descienden desde el Tibidabo;y son del tipo que hace que me pinte de nuevo los labios recorriendo otras ciudades.Ciudades de paso para  contar historias mudas y a veces sordas.
Son todas y a la vez ninguna.Aquellas que aparecen cuando cae una tarde de otoño y las que encienden los inviernos de Marzo.
Aún no sé por qué imagino que en su conjunto forman  una enorme tarta con todas las velas de mis cumpleaños...y no cumpleaños.Pero hay otras que no se pueden apagar.Son las luces que nos ciegan,aquellas que no somos capaces de apagar ni con los ojos cerrados.
Centellean,parpadean y se empeñan en sonreír cuando estamos los dos dentro de una misma habitación,aunque no estemos solos,aunque cientos de ojos ajenos con sus mares de mentira y lágrimas,nos acechen para enjaularnos por el simple hecho de que ellos lo están desde hace siglos,prisioneros de un tiempo que creen poseer.

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