martes, 13 de diciembre de 2016

AGUJAS DE TERNURA...¿O TERNERA?



Si tuviéramos la manera de saber ,con un alto porcentaje de aciertos,lo que la vida nos depara,¿querrías saberlo?.Yo creo que sí,bueno no.Soy terriblemente indecisa.Fue así como Marcos y yo nos encontramos en aquella estación de trenes con o sin destino.El caso es que yo,despistada por naturaleza y en ocasiones porque es lo mejor,llegué a aquella ciudad que se parece tanto a Toledo ;y nos encontramos así, porque o bien el destino urdió su plan o por aquello de perder el tren que tenía que coger.
Al llegar a la ciudad, me sorprendió un calor de estos que ya no recordaba.Fue como si mi cuerpo se convirtiera en el de otra persona,de hecho,empezó a hincharse para poder tomar algo de oxígeno.Fue allí,en la estación,donde un chico muy amable y bastante alto que me sonaba mucho(esto siempre me pasa,cosas de haber vivido muchas vidas)me dio el programa de actividades que iban a a tener lugar en aquellos días en la ciudad.En otro momento, contaré como el dichoso folleto acabó lleno de besos de colores.Bueno,el caso es que hice una parada para refrescarme un poco y recoger mis alborotados rizos ,que habían engordado también,al alejarme del mar que es ya mi hábitat natural.Estaba agotada,pero no idiota,por lo que le vi.En un banco que parpadeaba soltando chispas estaba sentado él.Era imposible no fijarse,pero claro,como en cualquier historia a las que estamos acostumbrados,el chico o chica es de caerte de espaldas; o tiene una exquisita peculiaridad como un ojo vago,un tic nervioso o una pierna más larga que la otra.Pero no,queridos,ni era un espectáculo ni tenía a simple vista algún tipo de rareza fácilmente visibles.El caso es que también me sonaba y  supe  cómo se llamaba antes de que él me lo dijera.Para esto,tampoco tengo explicación,pero me pasa a menudo y genera malestar a mi alrededor,me adelanto a los tiempos y fastidio las sorpresas,las buenas y las malas.El caso es que  superada la primera ráfaga de timidez ,que pocos creen porque hago teatro y suelo ser espontánea,pues me senté a su lado.Olía a limón y a cerezas y tuve que cerrar los ojos.Viaje a través del aroma de su cercanía al pueblo de mi madre y a unos veranos que ya no existen,salvo en mi memoria.Al abrirlos, vi que me miraba y me sonreía.Me puse tan nerviosa,que mi cara se volvió del color de los pimientos de la cocina y como aquella amapola olvidada entre las espigas de Torresandino. Al mirarle a los ojos durante un breve instante,me di cuenta de que era mucho más guapo que lo que me había parecido al principio,estas cosas son así,están llenas de trucos.Dolía mirarle y a la vez me gustaba,puro masoquismo.Al sonreír se iba el calor,el frío... y un tejado con estrellas interplanetario,nos cobijaba bajo su techo,alejándonos de la lúgubre estación.
Yo ,que soy así,empecé a hablar como una cotorra,hasta que logró silenciarme con un simple gesto.Me cogió de la mano, apretándola con firmeza, pero con una suavidad inusual.Pensé que estaba soñando por lo que como en los cuentos,empecé a pegarme pellizquitos y  patadas esperando despertar del encantamiento,pero no.Allí estaba él, con aquella gabardina morada,portando una pequeña jaula por donde asomaba la cabecita un simpático hurón,del que sabía que también me iba a enamorar.Le dije ni nombre atropelladamente,deletreando despacio como sin hablara con un extranjero,porque lo parecía y lo era.
Así fue como conocí el amor,pero no fue él,por desgracia...Él era el amor de los cojones,la definición de la RAE.Ese del que todo el mundo habla,pocos conocen,o muchos ...o todos; y en el que caemos o salimos volando en estampida,porque asusta un montón.Claro,¿quien es la guapa que no va a salir corriendo, si se encuentra con un chico de metro ochenta y cinco,pelo castaño...y una gabardina morada con tu nombre?El mío,sí el mío,que casi olvido si no es porque lo leo escrito en su gabardina, mientras la idiota que a veces me suplanta, hacía un spelling con mi nombre...
C-A-R-O-L-I-N-A  D-E-S-E-N-C-U-E-N-T-R-O.Y él,Marcos Caótico.Marcos...al que sigo buscando desde que estuve en Córdoba.Me empeñé en ir a Cosmopoética y ahora me pesa y hago cosas raras,más que antes.Aquello de "Nadie escapa a la poesía" debería cambiarse por otro  lema,quizás el de Carlos Cross,"Nadie se resiste al amor".

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