ULTRAVIOLENTA

La tarde ha empezado a arder. Empezó temprano, escurriéndose por las mejillas, por mi pecho y colándose por cada uno de mis bolsillos. Yo lo intenté, crucé puentes y puse tablillas donde me faltaba para el camino que quería sortear, solo que a veces no depende de uno y no es suficiente.

Despertar con el mejor regalo de Navidad para que al abrir los ojos se desvanezca y se convierta en ceniza, desear que se vayan de mi lado las  personas que creen saber lo que es querer y me envían rosas marchitas y promesas muertas. Son tequieros de todo a cien y abrazos vacíos de quita y pon bañados en alcohol y en postales de Navidad enviadas por whatssapp,que lo mismo envías al charcutero que a alguien olvidado que te viene a la cabeza porque alguna vez os subisteis juntos en el mismo vagón. Hoy no he odiado estos días pero sí he sido más consciente de lo sola que estoy ,de lo mucho que echo de menos a mi familia, a los amigos lejanos...lo mucho que te echo de menos en esta ciudad que a ti no te deja respirar y a mí me deja demasiado aire sin poderlo compartir.

Hoy he sabido que llego tarde a los sitios y ya no queda hueco para mí ,que  el pastel está desmenuzado y que sólo dos veces he estado en el lugar y espacio inapropiado, rodeada de luz azul.