Podría ocurrir de nuevo,que al cruzar la alameda con sus árboles centenarios,una ráfaga de viento me hiciera volar por los aires.Algunos días de otros veranos están impresos en cada azulejo que voy pisando.La gente no repara,va y viene,pero yo no sé.
Escudriñan otros rincones de sus mundos pintados de gris mientras yo sigo en la alameda,buscando todo lo que anoche soñé como una premonición.Creo que el día que se rompieron mis gafas en dos, comencé a mirar con otros ojos.Todo era nuevo,etéreo...volátil.Como tú,como yo,como los dos.
Mis ojos ya no eran ni marrones,ni verdes...eran tridimensionales; y decir que me caí en el caleidoscopio no es nada irreal,es más,me quedo corta.De nuevo Alicia, pero con ciudad.
Ahora, cada fragmento y cada partícula de color me habla de ti,de mí.Me habla sin palabras ,como en susurros de pétalos de agua,arena y vendaval de vidas propias y ajenas,de todas las que vamos a vivir en esos universos infinitos...pero ciertos.
¡Lo que tienen las cosas inmóviles que a veces no hay quien las calle!
ResponderEliminarjjajajajajaj son unas mamonas sí o sí. Eso sí, prefiero vivir así que ser un zombie ,aunque duela.
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