CHICAS DE COLEGIO

Había olvidado que los viernes puede que no sean el mejor día de la semana,como antes pasaba.
Cuando quedábamos en aquélla cafetería con luces tenues pero acogedoras,perfilábamos los planes de tantos y tantos fines de semana que esperábamos con la emoción que se encontraba guardada dentro de alguna carpeta o de un tedioso libro,esperando a ser desnudada y puesta en libertad.

Esas tardes de viernes que se convertían en noches eran de eso,de risas alejadas de ningún foco de tristeza o amargura y rodeadas por el mejor sabor de algo,donde todo era dinámico y moderno y cuando el viernes lo era en toda su magnitud y no se transformafa en lunes.
Si era de primavera,era el momento de dejarte ver por fin sin las pesadas medias y nos soltábmos la coleta para ir a Jácara sólo para verles a ellos,a nuestros objetivos inalcanzables vestidas de uniforme o baby.
Fueron días de la primera cocacola compartida,de mi mini de pana y de la primera calada a un cigarro.
Estaba de moda fumar,vestir algo de marca y revolverte el pelo haciéndote la interesante.Nada parecía imposible ni demasiado importante,lejos quedaba el futuro y no teníamos pasado.
Nos bebíamos la vida a pequeños sorbos o a tragos según nos conviniera.Reir por todo y por nada , escapar en una carrera del ritmo de la calle y en los vagones del metro.
La vida era sencilla y bonita,pero aún no lo sabíamos.
Creíamos en nuestro mundo de tonalidades malva que aquello sería eterno y que siempre estaríamos juntas,pero la vida iba en serio...y aquello sólo era un sueño.