miércoles, 1 de abril de 2015

TACITA DE PLATA


El autobús de línea va bordeando la costa dejando atrás la parte más nueva de la ciudad,es como si estuviera haciendo una especie de vainica o redecorando el borde de una tarta,porque la ciudad termina donde empieza el mar;y eso es ,por todas `partes.
Aquí rara vez hace frío y el aire te devuelve poco a poco los besos que se quedaron a la orilla del mar.Aún no sé qué me gusta más,si los días de mar en calma y vislumbrar la antigua ciudad sumergida o los días nublados donde el mar parece resentido y en los que el mar va acompasando la pesadez de tu alma,devolviéndote una calam que no tienes.
Los días transcurren sin demasiadas cosas pero sí con pequeñas ilusiones y se pierden entre las horas sin clase sentada en la arena viendo las barquitas en La Caleta o los sábados de risas,librerías de viejo y un calimocho en algún banquito de la Plaza Mina.Cuando vuelva algunas calles habrán pintado otros escaparates,pero otras permanecerán como siempre,inalterables al paso del tiempo.
Aunque no seas de sus costumbres,aunque vengas lleno de norte,fiSigues recreando escenas de otro tiempo,de otras épocas y tnal te adentras en sus callejuelas y plazas porque al final te vistes de carnaval.
Paseas por el barrio la Viña y sucumbes al mirar un atardecer salpicando las olas en el Baluarte o el castillo de San Sebastián.Y te gustaría ser un simple turista para admirar todo de nuevas, comosi tu vida no estuviera allí.Ves Madrid a años luz,pero en ese instante no importa porque no echas casi nada de menos mirando el mar,y sólo si en Navidad vienen los abuelos sabes que ya estará todo en orden.
Continúas tus pasos recreando escenas de otro tiempo,de otras épocas cuando te adentras en sus callejuelas y plazas,compras flores en un puesto y te vas callejeando dando pasitos cortos y tranquilos hasta asomarte de nuevo al mar,desde San Antonio hasta la Alameda.
Respiras el olor a mar y te vacías de espesura hasta que cada poro de tu piel se vuelve más ligera y ya nada te parece imposible ni suficientemente importante.
Retomo mis pasos desandados y vuelvo a casa a comer y dejar tendida una tarde cualquiera con alma de luna llena y rayos dde infinito sol colándose por cualquiera de las ventanas del pequeño y viejo apartamento.

2 comentarios:

  1. Que tendrá el mar que nos limpia el alma, aunque siempre nos toca volver.

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  2. Recuerdos agridulces y agripicantes.Me gusta Cádiz y recordarlo pero no es mi sitio para vivir,eso sí..con unas ganas de mar que ni te cuento.

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