domingo, 11 de agosto de 2013

UN CAPÍTULO POR TERMINAR

Escondida en la escalera de piedra junto a la muralla se dejó caer. Arrugó su falda y el corazón y se subió las gafas para ver con más claridad. El silencio de las horas que preceden a la noche y los susurros acallados en cada una de las piedras empezaron a darle respuestas. No una, sino varias, todas las alternativas y todo el campo de posibilidades que se abría ante sus ojos. Faltaba cómo cerrar el capítulo antes de que su editor se le echara encima. Buscó la inspiración en las líneas imaginarias en su libreta de viaje, en el fondo de su bolso de cuero pero Valentina se había quedado muda y sólo escuchaba los sonidos de la ciudad. Era como si todo fuera a cámara lenta, no escuchaba las conversaciones de las vidas ajenas con las que se cruzaba. Esta vez sabía que la ciudad la ayudaría, pero que tampoco le iba a dar tregua si no accedía a sus deseos. La ciudad como amante en una noche de verano por las calles de la Judería.

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