jueves, 4 de septiembre de 2014

MIAU

A casi nadie le gusta él, porque no es dócil y se mueve a su ritmo. Ya me ha despertado con su maullido lastimero que a veces llega a la impertinencia. Conmigo tiene paciencia ,infinita yo diría.
No puedo resistirme a abrazar su cuerpo blandito y mirar  mientras los dos hacemos guiños en señal de amistad esos ojos verdes que a veces se vuelven amarillentos y otras se transforman en múltiples circunferencias de color oscuro. Entiendo a quien no le gustan, pero si quien va de bruja novata o adivina se horroriza y asquea ante su presencia...aquí si que desconfío.
El problema es que no veo las señales, a veces soy consecuente, otras me dejo llevar...sobre todo cuando estoy cansada de elucubrar. Pero las señales están. No te fíes nunca de una bruja sin escoba ni sin gato.

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