En una habitación de hotel revivía los instantes previos, deshacía las sábanas recién planchadas y desenredaba palmo a palmo cada parte de una hora para hacerlo mío.
Me peinaba descompasada y nerviosa para luego despeinarme y envolver cada segundo como hojas de ensaimada ,
que después sin apenas saborear el momento ,yo me zampaba en un instante, entre risas y de un sólo bocado a destiempo.
Perfumaba tu camisa, mis vaqueros y bailaba descalza para luego darte un beso de un segundo ,impaciente y expectante por no derrochar ni un minuto, y así, libreta en mano y con el más leve equipaje volar por las calles de Madrid para vivir el colofón universal.
cuanto me gustaría poder revivir de nuevo esas emociones.... la rutina me tiene aletargada ....
ResponderEliminarLa rutina es mortal y a veces aunque lo intentes cuesta mucho cortar el ciclo, pero por intentar que no quede
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