Hoy abogo por las palabras que no pronunciamos por distintas razones. Hoy es su día para que se estiren, para que se expandan. Para que tomen la forma y sabor que durante tanto tiempo ha estado enmoheciendo o poblando de aspereza como papel secante, o ha sentenciando un día ocultando realidades efímeras y menos humanas.
Pues de ahora en adelante les doy voz y corto la veda para que salgan ,para que se estrellen si fuera preciso, porque no hay sabor más amargo que las palabras que no salen en su momento y que para cuando quieres pronunciarlas ha llegado el ocaso y han llovido tormentas o se han desatado huracanes.
Así que no lloro ni me lamento por las que no dije, por las que dejé dormitar; abro la ventana para que broten y salgan todas las que me quedan por decir, por acariciar o ensombrecer. Desde hoy con paso firme y sin mirar atrás ,las quiero que libres para que vuelen , rían, lloren y se equivoquen o se recuesten en un rincón cuando la bola del mundo les haga papilla; pues no quiero que sean víctimas de miedos absurdos, de penas sin sentido... ni de bailes de máscaras. Hoy les doy las alas que necesitan para poder salir sea cual sea el lugar,vayan donde vayan.
Lejanas , cercanas, hirientes o ardientes, simpáticas como el beso inesperado de un amor olvidado en cualquier rincón de un polvoriento desván. Hasta a las absurdas y febriles las dejo pasear,pues solamente ellas, cada una de ellas ,diminutas o inmensas tienen hoy mi razón.
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