jueves, 23 de mayo de 2013

LA CAMARERA DEL PARQUE

Me gusta sentarme en una terraza y observar tranquilamente  aunque sea presa de la curiosidad o el aburrimiento . Seguro que otras veces soy yo a quien observan , cuando me siento sola en una mesa con un libro mientras me tomo algo arañando esos pedacitos de libertad y me río sola o inconscientemente me doy cuenta de que estoy  cantando más alto de la cuenta o tarareándole algo al viento. Hoy era de esas tardes en las que necesitaba salir a cualquier sitio y a cualquier precio.
Hacía calor,  luego frío...de esos días en los que llevas sandalias y rebeca, estilismo perfecto para mi estado actual. Venía de comprar un libro que me ha costado encontrar y que quizás sea para la niña que hay dentro de mí y a la que me he prometido cuidar un poco más. Mi parada final era la terraza del parque.
Me encanta el sitio ,es como si tuviera mi espacio de intimidad rodeada de gente ,y me gusta cómo es la camarera , sin preguntas impertinentes que algunos días te cuesta responder cuando escuchan un acento diferente.
Aquello era el paraíso, mi cerveza favorita y barra libre de frutos secos ;y todo en el ambiente ha conseguido que me relajara un poquito y sonriera.
La chica conocía a todo el mundo, a mí no, pero  me ha tratado como a todos y he sonreído cuando con un guiño me ha quitado el mechero para darle fuego a alguien de otra mesa. Empezaba a lloviznar y aún así, nadie quería romper el encanto de la tarde con las mesas decoradas con papel de periódico y yo me resistía  también a dejar ese momento de dejarme llevar sin otra cosa por delante que deleitarme con ese instante para recargar pilas.Entre el libro y la compañía de los árboles he vuelto a ocupar un espacio  de unos días que a mi se me escapan poco a poco.
La chica era rubia y con unas gafas muy parecidas a las mías y he sonreído al pensar que quizás si hoy no me quito yo las mías,pueda ver a través de otro prisma y acariciar mil y una realidades mucho más agradables acorde con estos días de sol.

2 comentarios:

  1. son ratos maravillosos verdad??
    a mi me encanta llevar a mis hijos al parque y yo quedarme sola en un banco, observando... sin nadie a quien hablar... sólo yo...

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  2. Son geniales y necesarios, a mí me recargan la batería para el día a día y necesitas también escucharte un poco para comprenderte. Ay, qué "projunda" me he puesto...jjejejejjeje

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