sábado, 13 de septiembre de 2014

JET LAG

Las puertas giratorias de los hoteles se desvanecen todas las tardes al caer el sol en un baile de máscaras que empieza cuando marca el reloj. Distinta carcasa para una misma maquinaria. Crujir de zapatos, vaivén de maletas que saludan ,encallan o entonan una despedida.
Calcetines olvidados en un cajón junto a una libreta con datos inconexos, nombres comunes y apellidos raros. El chico de la camisa gris la abre como hace con cada nota, como lee en cada cuarto de baño. Quizás algún día vuelva a pronunciar el nombre raro de ella y su común apellido. Por ahora sólo toca esperar a que las puertas le engullan mientras apura su copa y apaga la luz elegante de la mesita de noche que ha presenciado tantas y tantas cosas. Cierra los ojos y se muere para mañana volver de nuevo a nacer.


http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=KUeg2hA80Js

4 comentarios:

  1. yo creo que nunca he pasado por una puerta de esas.....
    es más hace tantísimo tiempo que no voy de turismo que solo contemplo las puertas de los hoteles desde lejos.... desde muy lejos para mi gusto y ganas de salir de aqui...
    besos....

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    1. De vez en cuando hace falta, aunque sea una escapada de un día.De la rutina, de uno mismo...y tomar perspectiva. Me encanta viajar aunque tampoco lo hago todo lo que me gustaría. Siempre imagino tantas historias,un hotel es una aventura e infinitas posibilidades

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  2. Me encantan los hoteles, es como una realidad paralela pasar la noche en un sitio desconocido. Encierran historias.

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    1. A mí también me gustan, vivir aunque sea unas horas en otro sitio, irte con lo necesario y explorar.Y ya en cuanto a imaginar...ni te cuento!

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