DÍAS DE NIEVE Y DE SOL

Aún se mantiene intacto a pesar del paso del tiempo.Hace mucho que   sus  muros de ladrillo color teja son inalcanzables para mí.Cuándo se volvieron tan inpenetrables y con tantas medidas de seguridad,es lo que me pregunto siempre que paso por allí.Parece una fortaleza decorada con metros y metros de hiedra del verde más intenso que he visto nunca.Con la cámara  intento  plasmar en un destello fugaz las distintas partes  de una historia.Mi colegio que antes fue hospital militar,cuartel de la guardia civil...hasta llegar a más de un siglo de existencia.A veces,me gustaría poder sumergirme en el tiempo y ver qué acontecimientos se sucedieron  entre sus viejas paredes pintadas de verde hospital;y  sonrío al imaginar divertida  los uniformes de las madres de las antiquísimas alumnas de hoy.En mi memoria se entremezclan distintas épocas ...recuerdo el día en que mi amiga Carolina encontró una bala entre los muros. Madre mía,¡ aquello fue vivir un pedazo de historia!, y al ver los abrevaderos de piedra en la parte más bucólica del jardín mientras un chico cantaba "El sitio de mi recreo" ,mil y una historias surfeaban a través de  imaginación.

Últimamente son días de nostalgia,de recuerdo...y por eso he vuelto a pensar en él ,en mi primer colegio.El de mis primeros libros con su misteriosa biblioteca de estilo inglés,donde el silencio era el himno universal. Los días de frío y de lluvia la temida sala gris era nuestro refugio y allí me sentía como un triste pájaro enjaulado,rodeada del estruendo de todos los alumnos y con la inconfundible mezcla vomitiva que ahogaba el aire;esa mezcla entre la temida comida del comedor y el olor a barro.Pero lo que más nos gustaban eran los días de nieve cuando escapábamos a  hurtadillas por la verja de atrás y  las risas que  coronaban  las carreras al descubrir algún pasadizo, o alguna buhardilla cerrada con llave...pues allí  imaginábamos que se escondía otro universo y justamente allí,sólo allí, todos los secretos del mundo tenían cabida.