viernes, 15 de febrero de 2013

UN LUNES MARCIANO

Todos los días es lunes se dice a sí mismo, en ese momento de la mañana en que se entremezclan los pequeños trocitos de su enrevesado sueño con las polaroid que tejen la absurda realidad de sus días.Días en los que se mimetiza como un autómata más rodeado de paisajes de cemento.
La tenue luz de noviembre se asoma a la ventana del dormitorio  y viene salpicada por una mañana de lluvia.Tranquilamente se despereza camino de la ducha con una gigantesca taza de café.La taza aún humeante sonríe y en esos momentos de  vuelta a la realidad él se pregunta cosas triviales...cómo si habrá vida en otros planetas.Vida marciana,sonríe...quizás se encuentra tan cansado por eso.Observa frente al espejo cada parte de su cuerpo,intentando divisar algún pinchazo que demuestre esa teoría;pero lo único que encuentra en el mapa de su cuerpo son los regalos de una noche de excesos y el sabor de uno de los mejores besos de Marta.Marta...como un cometa que pasa fugaz en un instante de su sosegada existencia...
El agua cae plácidamente y se lleva uno a uno sus fugaces pensamientos.Acaso,¿ no vivimos tiempos extraterrestres que van contra natura?se pregunta ahogando un grito ante la efervescente temperatura del agua.Con esta pequeña tesis imaginaria y vispertina,Martín  disfruta de cada pequeño deleite que le ofrece la mañana de un día cualquiera.A pesar de las facturas y de su tristemente situación laboral sabe que todo se forja de instantes y sonríe ante su momento perfecto del día...mientras saborea el agua de lluvia que cae de la ducha,muerde el humeante café en una de las  tazas que trajo de uno de sus viajes.Y todo eso ocurre a la velocidad del rayo,mientras la ciudad  le mira desde su trono con infinito  desdén  y el aire de alcantarilla va  transformando en pequeños copos de nieve cada gota de lluvia ; redecorando a su paso las ventanas de la urbe  con sus tejados de pizarra y sus cúpulas,  coches aparcados y el alma de los transeúntes.

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