NO TODOS LOS GATOS SON PARDOS

El me mira ,y yo,me vuelco en sus ojos de un verde casi transparente. Me encantaría saber qué pasa por su diminuta cabeza que parece una bola de tan redonda que es. Le observo la mar de entretenida desde cierta distancia y poco a poco me voy acercando despacito para intentar cogerlo, pero siempre me adivina antes de que actúe. Es rápido e impredecible así que creo que mimetizarme con él es una buena opción para soportar los vaivenes de los días. Observo sus andares y simpleza. Aunque está algo gordito nunca pierde la elegancia y sobre todo me gusta, aunque me irrite en ciertos momentos,su insistencia para conseguir las cosas. Al final va a resultar ser cierto eso de que el que la sigue la consigue, pues tras unos cuantos maullidos insistentes y lastimeros ,siempre acabo siguiendo sus pasos para acompañarle a comer o a beber. Dicen que por algo se empieza ,así que, yo le sigo con pasos lentos pero ligeros hasta la cocina, porque felinos o no,a los dos nos gusta siempre comer en compañía.