Gritas lleno de orgullo un nombre en el andén mientras vas olvidando los amigos que ya no duelen,quizás porque no lo fueron,por eso los perdí.
La playa continuaba desierta cuando una luz en movimiento dejó ver que era miopía borrando tu recuerdo; y fue en ese preciso instante de café soluble o descafeinado cuando deseé no volver a Japón jamás.Y que no te fueras...quedarnos aunque mañana no vaya a ser ,aunque lo intentemos,un domingo astromántico. No volarán manteles,ni cometas y te preguntaré que por qué me sueltas entre tanto viento.
Pero no te olvides que nadie nos tiene que salvar.Da igual,he ajustado las manecillas de todos los relojes que me atormentaban ,hoy he visto claro el rumbo.,Nada como un viaje en el tiempo,al filo de otra edad,he cogido el ascensor...hasta el piso que me llevó a tu amor.
Quizás hoy,decidir emborracharme podría ser la opción,pero no quiero amanecer trasnochada y con virutas de madera serpenteando por el aire,entre tu pelo y el mío,entre tu aliento que va dibujando caras raras,deformes.No,no quiero ser Miss Carrussel.He decidido mejor que vuelvan a imantarme tus ojos de gato y tus dedos en este preciso instante,alejada de cuestiones de familia y con un supersónico rumbo a Shibuya.
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