sábado, 5 de abril de 2014

ESTATUA DE SAL


No es bueno acostumbrarse a lo bueno, pero ¿y cuando las cosas malas se suceden y forman parte ya de la familia?
Como un extraño huésped que se sienta en tu mesa sin ser invitado, que deja vacía la cafetera y no para de raspar las tostadas ,hasta exasperar al alma más paciente, con su afilado cuchillo.
Es entonces el momento de poner punto y final a la historia , a la extraña relación que os une. Si al final te acostumbras a él,al final estarás tan enganchada que ya no confiarás en el mar de posibilidades a cada cual más atractiva que se te puedan presentar. Lo único que ocurre es que parece que estás tan acostumbrado a que algo suceda, que el simple hecho de un día tranquilo sin más ya hasta te asusta. Te agazapas en un sillón  que a ser posible te engulla envuelto en mantas que simbolizan una pirámide. En ese estado de sobriedad y calma ,es donde empiezan a rugir los leones y a echar fuego todos los dragones que creías dormidos.
Así que ,no dejes que él se siente en tu mesa. Aunque tenga los ojos verdes y sus manos de dedos largos y artísticos parezcan hechas a tu medida ...porque es mentira. No dejes   jamás que tus labios lleguen ni tan siquiera a rozarle, ni sientas su gélido aliento, porque entonces estarás perdido.
Deja que se vaya por donde vino.
Nunca pongas de más en la mesa , abre la ventana y cierra las puertas. Que se marche en volandas, al ver que no quieres más invitados, porque no los necesitas Y HAY ESPERANZA EN LA DERIVA.


 http://www.youtube.com/watch?v=bpL_gVtL3YQ&feature=player_detailpage

2 comentarios:

  1. O directamente :
    -vete.

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  2. Lo que pasa que no es la solución aunque a veces entren ganas,por experiencia creo que o lo atajas o se va contigo el inquilino de cada uno a todas partes.

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