Las fechas lo ponían todo más difícil. Parecía repetirse una y mil veces esa sensación cuando llegaba el momento. Los días malos habían superado con creces por desgracia a aquellos que no habían sido raros , que habían llegado como algo maravillosamente inesperado. Cuando creí que no volverían, vino algún día de estos perfectos e inesperados, pero de soslayo. Y no es que una pida un día maravilloso con mil y un deseos cumplidos, pero cuando llega tanto malo de golpe y te toca ponerte tu casco de solucionadora, el día de cosas sencillas y banales sin grandes sobresaltos y en el que tanto recuerdo nefasto se esconde tras una cortina...ese es un día perfecto. En un parque ,en una terraza, en casa sin hacer nada...Pero llegan las jodidas fechas y llega ese aire cabrón y de paso esperas que llegue el verano, pero a ser posible que se llevara el mes de Agosto. Que Agosto se fuera para siempre, porque en este mes fui tremendamente feliz, pero no llega a superar ni de lejos todo lo que me quitó.
Ni siquiera he podido ver la película y es acercarse con su calor estival y me entra el pánico escénico de una colegiala.
Le mandaría a la Estratosfera, con o sin días raros; porque si me dijeran que el festival más fantástico es en Agosto, esta que escribe ,escéptica o no.... se echaría las cartas y se llevaría mil y un amuletos
donde convivieran juntos el "contraporyporsiacaso".
La cara amable es que tiene grandes noches de luna llena donde se viven todas esas cosas que dices.
ResponderEliminarPues disfrutaremos los meses que preceden y cuando llegue aullaremos a la luna que es verdad que es magnífica.
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